¿A qué le tiras cuando dibujas, Mexicano?
Salía
de clases en uno de aquellos juebebes
donde pensaba que habría todo menos el «bebes». Y al llegar al pasillo
principal de Casa Lamm me encontré con la exposición del periódico La Jornada, que rendía tributo a los
caricaturistas Bulmaro Castellanos (Magú), Gonzalo Rocha (Rocha), Manuel López
Ahumada (Ahumada), Antonio Helguera (Helguera), José Hernández (Hernández) y
Rafael Barajas (El Fisgón), para ese momento la copa de vino que me ofrecía el
mesero pasaba a segundo plano (aunque admito que no la pude rechazar), esto debido
a que El Fisgón estaba presente; al platicar con él, le contaba acerca de la
exposición de Andrés Audiffred, dispuesta en el Museo del Estanquillo,
rápidamente me dijo que él fue el curador, en ese instante me invadió una duda,
una inquietud, no la pude definir sino hasta después… Audiffred es uno de los
pilares de la caricatura costumbrista mexicana, su sagaz visión supo reflejar
los estereotipos de “lo mexicano” en la época posrevolucionaria. En cada una de
sus caricaturas prevalece una estética precisa, de colores vivaces; hay un
espíritu exacerbado del relajo y una postura crítica ante la realidad de su
época: están las potentes ilustraciones de la segunda guerra mundial, las sátiras
a los políticos, la visión de lo que sucede después de la fiesta, entre muchas
otras.
El Fisgón me dijo: “lamentablemente Audiffred
ha quedado en el olvido”, y es a partir de ese comentario que nació la
pregunta: ¿Qué puedo hacer para ayudar a reivindicar la obra de este gran
caricaturista? Entonces imprimí algunas
ilustraciones de Andrés para llevarlas, una vez más, a su destino originario:
la calle. Fue en el centro histórico, donde me le mostré a la gente las
caricaturas de Audiffred, con el propósito
de observar su reacción al apreciarlas; claro que les enseñé lo que, según mi
perspectiva, podríamos considerar lo más icónico o fácilmente reconocible de
sus dibujos. La reacción estuvo dividida, en general la gente de más de
cincuenta años reconoció bastantes caricaturas, ubicando, en algunos casos, al
autor; pero los jóvenes, en su mayoría, no las ubicaban o las reconocían sin
referencia al autor. Es así que en el intento de llevar
al asfalto el trabajo de un gran artista, ratifiqué algo elemental para la
supervivencia de la cultura y el arte,
éstos los rescriben las sociedades. Está en nuestras manos trasmitir a otras
generaciones la obra de personas como Audiffred, pionero de la caricatura en
México. La cultura no se aprende, se hace, se dibuja con el día a día, con la
conciencia en cada trazo ¿Y tú, a qué le tiras cuando dibujas tu vida,
mexicano?
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