domingo, 12 de abril de 2015

El Ejército Mexicano en la actualidad

Organización interna militar 

por Juan Rivera



Pudiéramos encontrar el origen bélico en México desde los tiempos inmemoriales en que tribus prehispánicas peleaban fronteras que ya no existen. Unos se inclinan a considerar el del tlatoani Cuauhtémoc el genuino ejército primero; otros, el Trigarante, que en 1821, bajo el mando de Iturbide, declaró el triunfo de la Independencia; y unos más optan por el revolucionario, que quitó del poder al dictador Díaz y conformó el origen del Ejército Nacional de hoy. Sea como sea, algo permanece indiscutible: fueron todas tropas de honra.
            Las huestes mexicas antes de ser conquistadas le provocaron a Cortés su Noche Triste; en 1862, bajo el liderazgo de Ignacio Zaragoza, el Ejército Mexicano sometió a la potencia más fuerte del mundo de ese entonces: Francia; el villista es hasta la fecha el único ejército que ha invadido a Estados Unidos; Francisco I. Madero fue el primer presidente en realizar un vuelo sobre un avión. Aunque al cabo de un tiempo, un ejército sea vencido, si conoció la honra alguna vez, honroso por siempre habrá de permanecer.
Para entender de la milicia en México, se tiene que entender la siguiente jerarquía: hay dos secretarías de Estado encargadas de la seguridad nacional, la de Marina y la de la Defensa Nacional (SEDENA). Esta última abarca dos grandes potencias: el Ejército Nacional y la Fuerza Aérea. Muchas personas se refieren a cualquier cuerpo militar como ‘ejército’, pero desconocen que en sobre el país operan estas diversas organizaciones.
Con 180 mil reclutas a su disposición, el Ejército Nacional ha desarrollado una civilización tan completa como la que defiende. Su estructura interna posee una veintena de áreas de especialización, dentro de un espectro tan amplio que va desde ‘Veterinaria y remonta’ hasta ‘Arma blindada’.
Una de las áreas más nuevas dentro de la organización militar es la de ‘Igualdad de género’, que se ocupa del justo balance en los derechos de hombres y mujeres. Del total de las tropas, el 7% son mujeres y las estadísticas vaticinan que el porcentaje crecerá en los próximos años.

La escala jerárquica la componen dieciséis estratos, de los que el más bajo es el soldado y el más alto el General Secretario de la Defensa Nacional; aunque puede sonar como una gradación no ardua de escalar, hay quienes a lo largo de su servicio no avanzan siquiera un escalón.
“Me enrolé a los veinte años de edad”, comenta el Sargento Segundo Villanueva, “y después de quince años de servicio, no me imagino mi vida de otra manera”.
Quien forma parte del Ejército Nacional tiene derechos a una variedad de prestaciones: servicio médico personal y extendido a derechohabientes, haber mensual, primas vacacionales, fondo de ahorros, seguro de vida, periodos vacacionales, pensión, becas universitarias (tanto para sí mismo como para hijos), casa hogar para retirados mayores de 60 años, compensación de fin de año, entre otras.
“Aunque no hemos estado en guerra con otra nación estos años”, comenta el Sargento Segundo Villanueva, “no significa que no estamos en acción. Nuestra guerra es dentro de México”.
Las utilidades del Ejército han sido gravemente cuestionadas en los pasados años. No debemos olvidar la serie de gobernantes con formación militar que lideraron a México, desde Iturbide hasta Lázaro Cárdenas, en 1940. La operación política, más que la de protección, ha prevalecido en las tropas hasta nuestros tiempos. El hecho de que la Constitución avale la comandancia suprema del presidente de México sobre las Fuerzas Armadas, pone en una situación incómoda la etiqueta de democracia que nos colocamos como república.


Dos casos en que el Ejército Mexicano cumplió deberes políticos en vez de soberanos son la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968 y la reacción militar en contra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En un caso, callaron las voces de estudiantes a balazos; en el otro, la de lacandones.
En tiempos más actuales, la guerra contra el narcotráfico inaugurada durante la presidencia de Felipe Calderón ha sido objeto de múltiples debates de conducta militar.



En 2015 se cumplen 100 años de la fundación de la Fuerza Aérea y 102 del Ejército Nacional. El servicio militar sigue siendo obligatorio y desde hace diez años las mujeres pueden realizarlo también. La lucha contra el crimen organizado está a cargo principalmente del Ejército y, a pesar de las miles de muertes colaterales, los resultados se traducen en líderes de renombre encarcelados. Sin embargo, ¿por qué es que la presencia militar en ciudades inspira miedo y no confianza? Quizá el primer paso hacia la seguridad sea conocer la institución.


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